
¿Estamos preparados en Acapulco para enfrentar los huracanes?
Luis Alberto Arcos Castro.
Acapulco, Gro. 08.10.2024.
A diferencia de otras épocas, en las que los huracanes eran fenómenos meteorológicos raros que se manifestaban de manera poco frecuente y esporádica, la situación actual se ha modificado radicalmente, cambio que se explica por la estrecha relación que guardan con los procesos del Calentamiento Global y el Cambio Climático, que ha derivado en su mayor frecuencia, intensidad, duración y por ende, en el incremento de su potencialidad destructiva; motivo por el cual constituyen un enorme desafío para todos y en especial para las autoridades gobernantes, mismas que deben de prepararse al más alto nivel para enfrentar las contingencias y repercusiones derivadas de este tipo de acontecimientos, de acuerdo a las características de cada región, previendo los recursos necesarios y disponibles para ello.
En México, las autoridades han venido implementado varias medidas para incrementar su capacidad respuesta ante huracanes; sin embargo, hay reconocer que no obstante el avance registrado, este esfuerzo debe incluir la mejora continua en todos los órdenes, auxiliándose sobre todo de los avances científico-tecnológicos en este campo, que hoy son super indispensables. A nivel regional como ha sido evidente en nuestro Estado y desde luego en Acapulco se manifiesta un marcado rezago dado la insuficiencia de recursos disponibles: económicos, científicos, tecnológicos, capital humano, etc. lo que limita sensiblemente la eficacia de las medidas y acciones realizadas en este tipo de siniestros.
Ahora bien, con el propósito de tener un panorama general de los desafíos, medidas y acciones implementadas hasta ahora, se exponen a continuación de manera sucinta los aspectos considerados más relevantes.
Un primer aspecto desarrollado por las autoridades para atender este tipo de tragedias imponderables ha sido la elaboración de Planes de Evacuación y Refugios para atender las áreas más vulnerables, incluyendo rutas y albergues seguros temporales equipados con suministros para guarecer a las personas afectadas que lo requieran.
Un segundo tipo de medidas se relaciona con el establecimiento de Sistemas de Alerta Temprana, considerando las alertas meteorológicas vía el servicio meteorológico nacional, para transmitir información en torno a la formación y trayectoria de los huracanes, con el propósito de preparar a las autoridades y población con anticipación. Complementariamente la información referida, debe difundirse oportunamente en los medios de comunicación y redes sociales para comunicar a la población sobre las medidas de seguridad y evacuación previstas.
Un tercer conjunto de acciones tiene que ver con la Capacitación y los Simulacros. Capacitación referida a la preparación de personal de protección civil y de otros cuerpos de emergencia, con la finalidad de mejorar la respuesta ante desastres. Respecto a los simulacros, su realización periódica tiene como finalidad preparar a la población y autoridades para situaciones de emergencia.
Un cuarto grupo de acciones se refiere a los Desafíos y Áreas de Mejora. Aquí se aborda la realización de obras necesarias para contar con una infraestructura resiliente adecuada y preparadas para resistir huracanes de alta intensidad. Pese a las construcciones realizadas, se requiere mayor inversión en infraestructuras de mayor resistencia que incluya la mejora de los sistemas de drenaje.
Un quinto punto de gran relevancia tiene que ver con la mejora en la Coordinación Interinstitucional y en la adecuada asignación y distribución de recursos. Se han dado avances en la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y agencias, pero aún se necesita mejorar más, para tener un nivel de respuesta de mayor eficiencia. En cuanto a la asignación de recursos, es evidente que en algunas regiones y ciudades son muy limitadas, por lo que la preparación de respuesta a los huracanes se ve severamente disminuida en su efectividad.
Para finalizar es de suma importancia referirnos al papel fundamental que tiene la Educación y la Conciencia Pública para aminorar el impacto de este tipo de fenómenos. Se necesita intensificar la puesta en marcha de programas educativos con el propósito de informar y preparar a la población para actuar ante los huracanes u otro tipo de contingencias similares. Sin duda que ello también coadyuva a una mayor participación comunitaria más consciente, responsable y comprometida en la planificación e intervención en la toma de decisiones, así como en la ejecución de las tareas para contrarrestar el impacto en este tipo de desastres.
Ahora bien, en lo que respecta a Acapulco en los últimos años se han registrado cuatro huracanes que han provocados efectos devastadores en el puerto que han debilitado su perfil turístico y afectando sensiblemente el bienestar de sus habitantes.
El primer Huracán: Paulina (1997), categoría 4, causó daños considerables, dejó más de 300 muertos, provocó inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron viviendas, infraestructura y agricultura, pérdidas económicas calculadas en miles de millones de pesos.
El segundo Huracán: Manuel (2003), categoría 1, registró 169 muertos en el Estado, causó afectaciones por intensas lluvias, provocado inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron gravemente a Acapulco, pérdidas económicas calculadas en aprox. 3000 millones de pesos.
El tercer Huracán: Otis (2023), categoría 5, tocó tierra en Acapulco, registró oficialmente 50 muertos y extraoficialmente 300 decesos, causó destrucción considerable en la infraestructura (hoteles, viviendas y carreteras) de la ciudad, pérdidas económicas calculadas aprox. entre 10 000 y 15 000 millones de Dls., hasta ahora, ha sido uno de los más intensos registrados.
Por último, el más reciente, aún en estudio, el Huracán John (2024), impactó Acapulco causando severos daños materiales, afectando 127 844 personas y registrando hasta ahora 23 muertes en el Estado.
En resumen, en nuestro país se han registrado avances, en cuanto al desafío que representan los huracanes; sin embargo, es necesario recalcar que falta aún mucho por hacer; en el plano regional y desde luego en el puerto, pese a los esfuerzos de coordinación realizados para administrar las crisis, sobre todo en las operaciones de rescate y asistencia, evaluación de daños, recuperación y reconstrucción, etc. las limitaciones registradas, que han dejado una huella profunda en la comunidad, nos indican la importancia de seguir trabajando en la preparación integral de las autoridades y el involucramiento de la sociedad en su conjunto, para que, pese a las insuficiencias observadas, dar respuestas más efectivas a este tipo de imponderables, a los que por cierto hay que adaptarse, ya que se presentarán de manera más frecuente y serán probablemente más intensos. ¿Vale?